CONCURSO DE TALENTOS DE INGENIERÍA
Encendemos los motores y a volar. Eso es lo que han estado haciendo los alumnos de ingeniería de Mondragón, en Guipúzcoa, un proyecto en el que los estudiantes tienen que diseñar un artilugio volador en el que pueda introducirse un huevo, hacerlo volar y lograr que el huevo no se rompa.
Los estudiantes cuentan tan sólo con cartulina, hijo y cola como materiales para fabricar el aparato. Después, la imaginación de cada participante cuenta. Hay quienes han diseñado un globo con alas, un Homer Simpson volador o incluso una gallina que vuela por los aires.
El ganador del concurso fue un platillo volante que logró ascender 27 metros y medio sin que el huevo se estrellara al aterrizar.