UTILIZAN BLOQUES DE 1,5 TONELADAS DE UN VOLCÁN ITALIANO

La Agencia Espacial Europea ve factible la construcción de una base lunar gracias a la impresión en 3D

La novedosa impresión en 3D podría facilitar la construcción de una base lunar, algo hoy impensable debido al elevado coste de impulsar los materiales desde la Tierra.

Uno de los desafíos en la construcción de una base lunar es el elevado gasto que supone impulsar los materiales necesarios desde la Tierra. Sin embargo, este objetivo podría ser mucho más fácil mediante el uso de una impresora 3D. Es la conclusión a la que han llegado renombrados arquitectos, que se han unido para probar la viabilidad de la iniciativa impulsada por la Agencia Espacial Europea (AEE).

"La tecnología de impresión 3D ha conseguido producir estructuras enteras en la Tierra. Nuestro equipo investigó si también puede ser empleada para construir en el hábitat lunar", asegura Laurent Pambaguian, que encabezando el proyecto.

Para ello, según recoge en su web la AEE, los arquitectos del estudio Foster + Partners han diseñado una cúpula con una pared celular que protege la estructura del impacto de micrometeoritos y de la radiación espacial. Con este prototipo dicen haber demostrado que podrían convertir un bloque de 1,5 toneladas en un edificio gracias a estas novedosas impresoras.

"La impresión 3D facilita el asentamiento lunar", añade Scott Hovland, del equipo de vuelos espaciales de la AEE. "Las nuevas posibilidades que abre este proyecto pueden ser tenidas en cuenta por las agencias espaciales internacionales a la hora de desarrollar una estrategia de exploración común", afirma.

La empresa británica Monolite suministra las impresoras 3D. Su fundador, Enrico Dini Monolite, asegura que "la impresión actual tiene un ritmo de construcción de alrededor de 2 metros por hora, mientras que la próxima generación de impresoras debería alcanzar los 3,5 metros por hora, con lo que se construiría un edificio entero en una semana".

El proyecto se ha llevado a cabo utilizando rocas que provienen de un volcán italiano que, según los investigadores, se parecen mucho a los materiales disponibles en la Luna.

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