Volcán de Cumbre Vieja
No son pocos los que se han acercado hasta la isla para contemplar con sus propios ojos este fenómeno natural que asola a los palmeros desde hace más de un mes
¿Viajar aLa Palma para dar una clase de geología y vulcanología a sus hijos? ¿Observar durante horas la erupción del volcán en Cumbre Vieja mientras se prepara la comida? Estas acciones a las que los palmeros se han tenido que acostumbrar en el último mes han resultado ser un gran atractivo para otros muchosturistas, que han visto en este acontecimiento histórico un hito que no perderse.
Así lo confirma la historia de Juan Miguel y Mercedes, una pareja que “en modo mochilero” se desplazó hasta la isla canaria para vivir en un Jeep y contemplar este fenómeno natural todo lo que puedan. Así se lo han confirmado a Antena 3 Noticias, quienes no han dudado en mostrar todos los enseres que se han traído para estar durante este tiempo a los pies del volcán.
Sin embargo, no son los únicos. Principalmente de las Islas Canarias, pero también de la península y del extranjero, no son pocos los turistas que se han arriesgado a viajar hasta La Palma para poder contemplar la erupción del volcán. “Al principio nos daba un poco de corte venir, pero al final…”, afirmaba otra pareja de personas que han viajado a la isla para observarlo.
“No puedes dejar de mirarlo”, apuntaba otro, mientras que uno más señalaba que “la erupción es un buen motivo para volver”. Y no sólo eso. También está el caso de una pareja finlandesa, que han traído a sus hijos para que aprendan cómo es este fenómeno natural en persona como si de una clase de geología se tratase.
El "primer volcán" de un niño de dos años
“Mira, es tu primer volcán”, indicaba la madre a su hijo de dos años, que observaba atento la gran nube de gases tóxicos que avanzaba a corriente por la isla. El objetivo: que aprenda a diferenciar qué es el magma de la lava. Pero también que los padres, quienes, como la mayoría, no querían perder sus correspondientes billetes, se sientan partícipes de este insólito hecho.
En el lado opuesto se encuentran las autoridades, que ya han denunciado la osadía de algunos ávidos turistas que aprovecharon la oportunidad para saltarse los límites perimetrales para realizarse fotos con el volcán. Una tendencia al alza en La Palma que contrasta con la devastación y desesperación de los palmeros, que en este acontecimiento natural histórico sólo ven el fin de una vida que tienen que volver a empezar de cero.