ESPEJO PÚBLICO
María Inmaculada vivía con su pareja actual y con las dos hijas de ella, fruto de una relación anterior. Tanto ella como su pareja han sido condenados a 18 años de prisión por el maltrato habitual de su hija y por dejarla morir sin asistencia médica tras meses de continuos malos tratos que incluían fracturas y mordeduras.
Una de las niñas, que nació el 2 de junio de 2006 aunque no fuese inscrita en el Registro Civil, nunca recibió atención médica, general o especializada, ni fue vacunada ni tratada de sus dolencias.
En el momento de su fallecimiento, que tuvo lugar el 5 de enero de 2007, el bebé tenía rotas dos costillas y presentaba señales de otras dos fracturas anteriores que debían provocarle dolor constante, incluso al respirar, y llanto igualmente constante que debía incrementarse en cuanto era movida para alimentarla, limpiarla o simplemente para tratar de calmarla.