EN CLAVE NACIONAL
Con tan solo 8 años y maneja el volante como un adulto o incluso mejor. Pero no va sola, le acompaña un instructor que le enseña nociones básicas de conducción. Hacen recorridos como si fueran alumnos de autoescuela, no con el objetivo de conseguir el carné de conducir, sino para conocer las claves de una conducción segura.
La curiosidad les hace aprender sin apenas esfuerzo. Curiosamente los instructores reconocen que es más sencillo enseñar a conducir un niño que a un adulto. También son testigos de un simulacro de accidente de tráfico para tomar conciencia de que la carretera no es un juego.