Revela informaciones de los servicios de inteligencia
El libro relata sus dos años al frente del Ministerio de Defensa e incluye desde los atroces atentados del 11 de marzo de 2004 en Madrid hasta su dimisión en abril de 2006. Sobre el 11M, aporta documentos en los que el Centro Nacional de Inteligencia (CNI) alerta al Ministerio del Interior, tres días antes de aquella trágica fecha, de la posibilidad de que se produjera un gran atentado en Madrid. Según ha explicado, el CNI informó al Gobierno en reiteradas ocasiones de las intenciones de Allekema Lamari, uno de los terroristas que se suicidaron en Leganés después de participar en la masacre de Atocha, la última de ellas tres días antes de los atentados. Por ello, según el exministro, no es comprensible que el Gobierno mantuviera la tesis de ETA como autora de los atentados del 11M.
"El error de culpar a ETA del atentado era disculpable para todos los españoles, menos para el ministro del Interior", ha dicho Bono, quien aclara que con ello no pretende afirmar que se hubiera evitado la masacre. Bono relata que varios meses antes, en septiembre de 2003, la Policía detuvo a un magrebí que declaró que se iban a "vengar en Atocha" y que, tres días antes del 11-M, el Ministerio del Interior fue alertado por el CNI de un atentado islamista inminente.
En el libro, Bono saca a la luz una nota del 10 de mayo de 2004 que le envió a Zapatero, en la que expone esta tesis a raíz de la información que el director del CNI, Alberto Saiz, le trasladó. Por otra parte, Bono también desvela que la cuestión catalana y la aprobación del Estatuto fue la "causa fundamental" de su dimisión, así como el "mayor error" del Gobierno de Zapatero. Bono, a pesar de las discrepancias en el asunto catalán, ha mostrado su solidaridad, cariño y afecto con Zapatero, en cuyo mandato ETA dejó de matar, ha recalcado. En este sentido, rescata de sus recuerdos una frase de Mas a Zapatero diciendo: "Tú ve poniendo más dinero que yo iré quitando lo de nación".
También ha contado que el cantante Julio Iglesias actuó de mediador para reanudar las relaciones con Estados Unidos y facilitó que fuera recibido en el Pentágono por el secretario de Defensa, Donald Rumsfell, tras la retirada de Irak, y el gesto de Zapatero de no levantarse ante el paso de la bandera estadounidense en un desfile de la fiesta nacional.