HABÍA RECURRIDO LA SENTENCIA
Miguel Blesa había pasado los últimos años de los juzgados a la cárcel. Allí estuvo en dos ocasiones por la compra de un banco en Florida. El juez ordenó su ingreso en prisión, pero el caso fue archivado y el propio juez inhabilidado.
La primera condena le vino por las tarjeta Black, con las que gastó 436 mil euros. Su gestión de la caja tuvo que ser rescatada.
Los preferentistas se convirtieron en su sombra, con 300 mil afectados por un producto financiero de alto riesgo comercializado por Caja Madrid. El fiscal había pedido hace unos meses 4 años de prisión por sobresueldos ilegales de 8 millones de euros a los directivos de la caja.
Además, fue condenado a seis años de prisión por apropiación indebida y administración desleal. Sin embargo, no llegó a entrar en la cárcel porque había recurrido la sentencia al supremo, la cual ya no tendrá que resolverse.