CERO PUNTOS EN CINCO CARRERAS, Y SIETE ABANDONOS ENTRE ALONSO Y VANDOORNE
McLaren-Honda ya es colista en solitario del Mundial de constructores tras el octavo puesto de Wehrlein en España
Temporada pésima la que está haciendo McLaren-Honda justo el año en el que la evolución lógica indicaba que deberían estar en los puntos y luchar por podios. La escudería es la última en el Mundial de Constructores con cero puntos tras cinco carreras y en ninguna de ellas han visto la bandera a cuadros con los dos coches. Sin potencia y sin fiabilidad, ese es su 2017 de momento.
De ser la pareja dominante hace más de 20 años a rozar el bochorno carrera tras carreras. Así ha evolucionado McLaren-Honda, y así está en estos momentos la unión de británicos y japoneses en el Mundial de la Fórmula 1. El equipo de Woking, que volvió a vestir a su monoplaza de color naranja haciendo referencia al mítico monoplaza de Bruce McLaren, está ya en lo más hondo de la clasificación de constructores tras cinco carreras. Todo por el octavo puesto de Pascal Wehrlein y de Sauber.
Los suizos han logrado algo que aún no ha conseguido McLaren-Honda... que es puntuar. Cuatro puntos ha sumado el alemán de la escudería azulada, y con ello ha dejado en el farolillo rojo del Mundial a los naranjas, con cero, a pesar de la gran diferencia de presupuesto, y de renombre, que hay entre los dos equipos. El camino que están realizando los de Woking se resume en dos problemas: falta de fiabilidad y falta de potencia.
Y es que el coche ni corre ni es precisamente un seguro para Fernando Alonso y para Stoffel Vandoorne. De las cinco carreras que llevamos, en ninguna han logrado ambos pilotos llegar a la bandera a cuadros. Y entre los dos suman un total de siete abandonos, siendo todos por problemas mecánicos salvo el del belga en España, que fue por un toque con Massa. Es más, Alonso ha necesitado cinco pruebas para poder acabar con el MCL32, e incluso no pudo salir en Rusia... lo mismo que le pasó a Vandoorne en Baréin.
Además, tampoco es un dechado de potencia. En rectas, Fernando y Stoffel pierden lo que ganan en el paso por curva gracias al chasis, y en Barcelona ha quedado más que patente su falta de velocidad cuando Ericsson, con un motor Ferrari de 2016, ha superado a Alonso como si fuera un cono. La nota positiva es que, al menos, al final el asturiano pudo batir a los Williams de Massa y Stroll, que tampoco han tenido un fin de semana para el recuerdo.
Las promesas han quedado en nada, y el tercer año de la unión de McLaren y Honda, en el que se suponía que iban a estar ya peleando con los mejores, en los puntos y rascando algún podio, está siendo igual o peor que el primero. Mucho trabajo han de hacer en las fábricas de Woking y de Sakura para que esta temporada no sea un completo fracaso. Y para poder convencer a Fernando Alonso de que confíe en ellos praa 2018.