Ferrari ya ha mostrado al mundo su nuevo coche para volver la senda del triunfo en la Fórmula 1. La 'Scuderia' ha presentado el SF70H, un monoplaza con el que quiere ponerse a la par de Mercedes y de Red Bull y de, por qué no, batirles en alguna o varias carreras. Sin demasiadas estridencias, y con un vídeo, Vettel, Raikkonen, Maurizio Arrivabene y Mattia Binotto han posado con el rojizo bólido que Sebastian y Kimi pilotarán en 2017.
Un bólido que presenta varias novedades y modificaciones para adaptarse a las nuevas normas y para ganar esas décimas de segundo necesarias en cada prueba. Para empezar, la aleta de tiburón tan carismática en estas presentaciones, salvo en Mercedes y en Williams, está presente, como el T-Wing que se vio en el coche de Hamilton y de Bottas. El morro es más estrecho, pero los alerones son bastante más grandes. Los colores se mantienen con respecto a lo visto el pasado año, con predominio del rojo y presencia del negro.
El híbrido SF70H contará con una cilindrada de 1.600 centímetros cúbicos, un motor a 125.000 revoluciones por minuto y un peso de 728 kilos, incluidos el piloto y la carga de agua y combustible. Debe su nombre al setenta aniversario de la mítica escudería, fundada oficialmente en 1947, cuando de los talleres de Maranello salió el primer vehículo del fundador Enzo Ferrari, el 125S.
Los constructores explicaron que el monoplaza se caracteriza sobre todo por su carga aerodinámica y su adherencia mecánica. Destaca una mayor presencia del color rojo en su cubierta, en nido de abeja y fibra de carbono, en la que el blanco se ha visto considerablemente reducido, únicamente presente en el alerón trasero, adornado con una bandera italiana.
No hubo declaraciones, tan solo sobriedad y seriedad en cada rostro después de un 2016 de naufragio y con un 2017 que se ve con escepticismo, con dudas y con ilusión, todo a partes iguales. Los nuevos monoplazas pueden deparar cualquier cosa, aunque en Ferrari confían en, esta vez sí, poder plantar cara en cada carrera.