HAMILTON ABANDONA

Vettel conquista la noche de Marina Bay con Sainz 9º y Alonso K.O.

Sebastian Vettel ha vuelto a ser protagonista de una de esas carreras que tanto le gustaban en Red Bull, pero esta vez a bordo de un Ferrari. El alemán ha dominado de principio a fin el GP de Singapur por delante de Ricciardo y de Raikkonen en una prueba que Hamilton no ha podido terminar. Sainz y Verstappen han hecho un carrerón y Alonso, de nuevo, ha terminado en el garaje antes de tiempo.

La noche fue de Vettel. La noche de Singapur fue para el tetracampeón. Para alguien que, en Marina Bay, volvió a vivir una de esas carreras mágicas que no hace mucho le llevaron a conquistar sus cuatro Mundiales con Red Bull. Pero esta vez no lo hizo con Red Bull. Lo hizo con Ferrari, un equipo que se ha levantado tras un año aciago y que bajo la tenue luz de la luna ha firmado un doblete en el podio con Seb como el mejor y con Kimi Raikkonen en tercer lugar justo tras Daniel Ricciardo.

Sebastian hizo lo que mejor sabe hacer. Lo que hizo con la marca de las bebidas energéticas en muchas pruebas. Con la salida como su máximo enemigo por la cercanía de todos y por la posibilidad ya no solo de ser adelantado sino de algún toque, en cuanto superó las dos o tres primeras curvas volvió a ser Vettel. Volvió a ser el gran Vettel. El Vettel de los buenos tiempos. El que tiraba y tiraba. El que sacaba décima tras décima a su más inmediato perseguidor. El que abría brecha. El que dominaba. El que jugaba con su adversario desde el liderato.

Ni los más que previsibles 'safety car', uno de ellos provocado por un individuo que así porque sí se puso a andar por el asfalto de Marina Bay entre coches a 300 kilómetros por hora, pusieron nervioso al alemán. Ni siquiera ver cómo por otros Ricciardo se hacía grande en sus retrovisores le hicieron perder la calma. Ni así Vettel vio peligrar su triunfo, por más que Daniel hizo valer su mejor conservación de neumáticos pudo ser algo más que su sombra.

McLaren-Honda, doble K.O.
Doblete de Ferrari en el podio... y doblete de McLaren en el garaje. Otra vez por fiabilidad. Otra vez que ni uno ni otro coche son incapaces de pasar por la bandera a cuadros. No, no fue el motor Honda, que aunque tuviera menos importancia en Singapur hizo que todos pasaran como aviones a Alonso y a Button. Fue esta vez la caja de cambios, con un problema de sobrecalentamiento que hizo que tanto Fernando como Jenson tuvieran que irse a boxes cuando rodaban en zona de puntos.

Primero fue el asturiano quien cuando no se llevaban ni 40 vueltas puso rumbo al garaje. Y luego fue el británico, bastante tiempo después, cuando le detectaron el mismo problema que a Alonso. Otra vez que se quedan K.O., pero esta vez ha sido en un Gran Premio en el que tenían esperanzas de puntuar, en el que habrían puntuado y en el que no lo han hecho porque el coche les ha dejado tirados. La fiabilidad, de nuevo la fiabilidad.

Problemas en McLaren, como siempre. Y a buen seguro chispas en Toro Rosso. Entre los dos pilotos de Toro Rosso si a Sainz le da por mostrar su más que normal descontento. El carrerón que han hecho Verstappen y Carlos está fuera de toda duda. Su ritmo, también. Como tiros, protagonizando adelantamientos espectaculares a ambos Lotus y con el Force India de Sergio Pérez a punto de caramelo. Pero cuando al holandés le pidieron que dejara pasar al madrileño se negó en rotundo y ni opción tuvo de intentar pasar al mexicano a pesar de tener más velocidad.

Vettel quiere el pentacampeonato
No estuvo exenta de problemas la carrera de ambos, pues los dos tuvieron que lidiar con algunos fallos mecánicos que por suerte para los de Faenza lograron solventar. No pueden decir lo mismo en Mercedes, con un Hamilton que abandonó por ausencia de potencia de su motor alemán. Primer abandono de Lewis esta temporada, y aún así, a pesar del dominio plateado, aún van a tener que pelear los germanos por el Mundial. Todo por Vettel, porque de no haber reventado su neumático en Bélgica ahora mismo sería segundo del campeonato... y cerquita del primero. Ferrari ha hecho bien sus deberes.

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