Llegamos a Italia, la casa de la escudería más laureada de todos los tiempos de la F1, donde Ferrari es más que un equipo de carreras: es una religión. Monza es uno de los templos más venerados del mundo del automovilismo. Sin embargo, Ferrari no vence una carrera desde hace año y medio; no se gana un título de Constructores desde hace seis años y uno de Pilotos desde hace siete.