ROSBERG Y PÉREZ COMPLETARON EL PODIO

Hamilton se lleva una espectacular carrera en Baréin con Alonso noveno

Inmensa y emocionante ha sido la carrera de Baréin. Después de dos pruebas algo frías, en Sakhir ha vuelto la esencia de la F1 batallas y luchas por todos los lados y que han terminado con Lewis Hamilton como el ganador seguido de Nico Rosberg y de Sergio Pérez. Fernando Alonso, con un Ferrari que sigue sin carburar, ha sido noveno.

Y tras tres carreras por fin nos hemos podido olvidar de las nuevas normas de la F1. Por fin nos hemos podido olvidar del sonido de los motores, del consumo de combustible. Por fin, en Baréin, hemos vuelto a recordar la esencia del motor en estado puro, hemos vuelto a recordar la emoción, los adelantamientos, la tensión dentro y fuera de la pista. Y es que Sakhir, donde Hamilton salió triunfante por delante de Rosberg y de Pérez, ha sido como un regreso al pasado.

Como una vuelta a esa F1 de hace un par de temporadas, cuando todo podía pasar. Cuando hubo hasta siete ganadores diferentes en las siete primeras carreras. Porque la salida bareiní fue sólo un comienzo, un simple preludio para las espectaculares 57 vueltas que esperaban tras el apagado del semáforo. En cada curva del asfalto, en cada trazada, había lucha. Había batalla. Había un piloto queriendo sumar en pista más puntos en su casillero.

Nadie se quería dar por vencido. Nadie quería perder ni un sólo centímetro. Nadie estaba dispuesto a ceder. Ni tan siquiera cuando quedaban pocos metros hasta el final, un final que fue de los más emocionantes que se recuerdan en gran parte por un 'safety car' por un accidente brutal de Maldonado con Gutiérrez que terminó con el Sauber por los aires.

Adiós a las órdenes de equipo
Pero sobre todo fue emocionante porque ningún piloto se amedrentó. Porque ninguno tuvo miedo. Porque las órdenes de equipo no existían. Y es que las dudas que había sobre si Mercedes iba a apoyar a tal piloto o a tal otro quedaron disipadas con el espectáculo que dieron Hamilton y Rosberg sobre pista. Desde el mismo momento en que Lewis pasó a Nico en el arranque hasta que uno y otro se disputaron el puesto en la última vuelta.

Entre un suceso y otro, estrategias diferentes y sobre todo batalla. Batalla noble entre dos pilotos que saben y son conscientes de la pedazo de bestia que tienen la opción de conducir. Si Nico atacaba, Lewis se defendía. Si Nico se ponía primero, Lewis contragolpeaba para recuperar la plaza. Pasando cerca el uno del otro, casi 'besándonse' con sus coches y sintiendo la tensión de que a pesar de que eran superiores de poco vale eso si tanto uno como otro terminaban fuera de pista.

El deleite de la grada gracias a esas jugadas sería equiparable al sufrimiento en el box de Mercedes y en los mandamases de la escudería por si al final no era un coche plateado el que pasaba primero en meta. Por si resultaba que era Sergio Pérez, tercero tras una carrera espectacular, el que ganaba la prueba. Mucho sufrió, y disfrutó, el mexicano. Atacando a Hulkenberg, su compañero, y defendiéndose de sus ataques y luego de los de un gran Daniel Ricciardo.

Ferrari toca fondo
Regreso al podio del azteca. Un podio que a Ferrari se le sigue resistiendo. Porque la nota no tan positiva de la carrera es que algo falta en la 'Scuderia', porque las luchas que Alonso y Raikkonen protagonizaban no eran para atacar, sino que era para defenderse y para poder meterse en los puntos. Noveno Fernando, décimo Kimi, y décimo porque Jenson Button dijo adiós a la carrera a falta de dos vueltas.

Mucho sufrimiento seguro bajo el casco del asturiano viendo cómo hasta un Force India, con todo el respeto para los de la India, es mejor que un coche de una escudería tan mítica como Ferrari. Cómo Hulkenberg te adelanta como si él llevase un cohete y tú un carruaje de caballos. Nada, ni la estrategia, ni tampoco cuando se marchó el 'safety car', pudo hacer que diera miedo o respeto ver una mancha roja por el retrovisor de un monoplaza.

La mejor noticia para los de Maranello es que no hay otra opción que no sea la de mejorar. Que no hay más camino posible para China que encontrar algo que no equipare ya a los italianos a Mercedes, sino que al menos haga que Alonso y Raikkonen tengan una herramienta de trabajo que sirva para algo más que para entrar en los puntos. Que valga para ganar un Mundial. Las carreras pasan, y cada carrera que termina es una menos que queda para el final del campeonato. Toca reacción.

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