El Mundial toca a su fin. Quedan cinco carreras sí, pero menos quedan para saber quién será el que ostente el título de campeón del mundo del año 2013. Porque mucho ha de cambiar, mucho ha de pasar, para que Sebastian Vettel no se corone tetracampeón en un futuro próximo después de su victoria en el GP de Corea y de que Fernando Alonso haya finalizado en Yeongam en la sexta plaza.
Y es que no era el día. Este no era el día. No salió bien desde la salida y no terminó bien con el paso por la bandera a cuadros. Desde ese momento en el que Massa trompeó, desde que Hulkenberg adelantó a Fernando, se intuía que algo no iba bien. Que, como dice el dicho, lo que mal empieza mal acaba. Y así pasó. Porque ese hecho, ese simple hecho, fue una losa brutal en carrera para el bicampeón.
Porque el Sauber de Nico Hulkenberg se convirtió en un muro, en una auténtica pared de adamantio infranqueable en el vuelta a vuelta. Imposible de adelantar según avanzaba la carrera. Una bala grisácea que en cada recta, ni aún usando DRS y pulsando a fondo el botón de KERS, se dejaba meter mano por un Ferrari que quedó en evidencia ante un 'compañero de motor'.
Dos 'safety car' casi seguidos
Ni siquiera los dos 'safety car' fueron de ayuda. Ni el primero, por el neumático que perdió Pérez, aunque Hembery dirá que el problema fue del empedrado, y que concluyó con Hulkenberg pasando a Hamilton. Ni el segundo, acto seguido, por un incendio en el RB9 de Webber, y tras el que Alonso no pudo con Lewis mientras él acosaba sin éxito a un Nico que llevaba un Sauber sin gomas.
Esa locura, ese no saber qué pasará que se pedía ya bien por el tifón o por algo que provocara cambios, no benefició a Fernando. Tampoco fue de ayuda para Vettel aunque terminó ganando y ve más cerca que nunca un Mundial que podría ganar en Japón. No le benefició porque toda la distancia que tenía con su perseguidor se redujo a cero y porque tras el fuego del coche de su compañero era Raikkonen su máximo rival.
Kimi, Nico y Seb, los más destacados
Porque Raikkonen fue, junto con Nico Hulkenberg y su exhibición de aguante, el máximo protagonista de la jornada y el claro beneficiado de todo lo que sucedió en pista. Salía noveno, pero ya lo advertimos. Ya advertimos que Kimi estaría ahí y ahí estuvo. En el podio, otra vez. Con una medalla de plata final que certifica que sus dolores de espalda no han sido un problema y que pone el broche a un auténtico carrerón fruto de la confianza y de la constancia.
Fueron los dos más destacados. Ellos dos junto a Vettel. Porque sí. Porque el coche hace mucho, sin duda. Pero también lo hace el hecho de llevar dentro a un piloto que marca vuelta rápida tras vuelta rápida según pasan los kilómetros y que en un par de vueltas le clava un segundo y medio a su máximo perseguidor. Kimi, Nico y Sebastian. Un Sebastian que rompe con el maleficio del hombre de la pole en Yeongam y que la semana que viene puede ser campeón.
Campeón en Japón. En Suzuka. Campeón a falta de cuatro carreras por disputarse y con ocho victorias en los 14 Grandes Premios que se llevan en 2013. Campeón si gana y si Alonso no puntúa. Una semana queda para ver si Vettel se corona como tetracampeón del mundo. El país del Sol Naciente dirimirá la que puede ser última batalla entre Sebastian y Fernando. El Mundial espera al mejor.