Qué pena de sábado. Qué lástima que sea en clasificación cuando comienzan a jugarse los puntos y que haya sido en esta clasificación de Bélgica, con un Ferrari con ritmo, cuando la mala suerte fue agua helada para la 'Scuderia' y para Alonso. Porque esta vez sí había coche, un coche que habría podido pelear el triunfo en Spa con un mejor sábado y al que Alonso ha llevado al segundo puesto final de carrera aún saliendo noveno.
Una carrera atípica, al menos para haberse disputado en la mítica pista belga. Atípica porque ha sido relativamente tranquila para lo que nos tiene acostumbrados. Atípica porque tras mucho tiempo se ha visto a Kimi Raikkonen abandonar antes de tiempo un Gran Premio, y porque la salida ha sido todo lo contrario de lo que fue en 2012.
Fue tranquila. Tranquila, pero llena de momentos épicos y de posibles toques que se quedaron en sólo posibles. Porque Fernando fue a por todas y arriesgó, bloqueando incluso neumáticos para evitar un impacto con Webber. Había que hacerlo y lo hizo. Lo hizo para pasar de la novena plaza a la quinta y al comienzo de otro recital de adelantamientos.
Nuevo festival de adelantamientos
Primero a Jenson Button. Costó, pero le pasó. Como también pasó a Nico Rosberg para rodar en puestos de podio sin haber realizado la primera parada. Primera parada en la que entró en juego la estrategia, porque Hamilton estaba lejos, pero más cerca estuvo con el primer cambio de gomas y más lejos con el segundo... porque en la segunda parada Fernando ya rodaba delante de Lewis y aumentando su ventaja.
La medalla de plata era para Alonso. Fue la que finalmente se terminaría por colgar al cuello, porque la de oro era imposible. Era imposible porque desde la segunda vuelta se vio para quién iba a ser. Iba a ser para Sebastian Vettel, en una de esas carreras que le gustan, fáciles... pero perfectas en su realización. Sin fallos y sabedor de la frustración de sus perseguidores por no poder recortar distancia con él.
Vettel, imposible
A medida que pasaban las vueltas, mayor era la distancia que separaba a Vettel y a Alonso. Más eran los segundos que había entre ellos y mayor era la sensación que de haber tenido una mejor jornada de sábado esta podría haber sido la prueba con un verdadero cara a cara entre ambos y entre dos coches que en Bélgica no han sido tan dispares.
Tan sólo el cielo podía haber animado las vueltas finales de carrera, vueltas finales en las que Seb se permitió uno de esos lujos tan aplaudidos por el público como sufridos por su equipo como fue marcarse una vuelta rápida sacando 12 segundos a su máximo perseguidor. Pero no hubo agua, no hubo caos. No hubo otro caso Q3 del GP de Bélgica 2013 a la hora de repartir puntos.
Ya son 46 los puntos que separan a Sebastian Vettel de Fernando Alonso, que ha recuperado la segunda plaza del Mundial por el cero de Kimi Raikkonen. Son 46 puntos a falta de ocho carreras para la conclusión del campeonato, a falta de cada vez menos para la bandera a cuadros de la temporada 2013 en un final en el que no está ni mucho menos claro el nombre del que será campeón.