Vettel va camino de hacer historia. Va camino de poner su nombre en el olimpo de pilotos de la Fórmula 1. En el lugar donde hay auténticas leyendas como Schumacher, como Prost, como Senna... y como otros auténticos campeones que ven como el alemán, a sus 26 años, no sólo suma ya cuatro Mundiales sino que también ha logrado algo que sólo el Kaiser había conseguido. Con su victoria en Abu Dabi, por delante de Webber y de Rosberg, Sebastian suma siete triunfos consecutivos en este 2013.
Y lo ha logrado con una superioridad que llega a parecer, que parece más bien, insultante. No logró la pole. Pero no le hizo la más mínima falta para demostrar que era él y no Webber el más rápido sobre Yas Marina. Porque nada más empezar se colocó primero aprovechando el enésimo error del australiano en el apagado del semáforo. Y en cuanto se puso primero hizo lo que él mejor sabe hacer. Puso en marcha el mecanismo que saca las alas del Red Bull y voló y voló para no ver peligrar su victoria en ninguna de las 55 vueltas de carrera.
Incluso podía haberse bajado del coche a tomarse un café. Porque ni aún parando, ni aún parando salía tras otros que no lo habían hecho. Parecía un recordatorio de Singapur 2013. Parecía que llevaba otro coche que no era un F1. Parecía un misil violeta con un piloto que no conoce el conformismo. Con un piloto en su interior que quiere batir todos los registros posibles para entrar en la historia.
Alonso, dos paradas... y quinto puesto
Como Alonso. Tal para cual son alemán y español. Tanto uno como otro son inconformismo puro. Y no entienden qué es eso de salir detrás y no buscar quedar delante. Eso de rendirse no van con ellos. No fue con Seb en 2012 cuando salía último justo en esta misma plaza, en la que al final terminó tercero. Y no ha ido con Fernando tampoco este año. Salía décimo. Acabó quinto y a plena potencia.
Sacando, como siempre, lo mejor de un coche que no daba para más en Yas Marina que para ser lo que Alonso fue. Que para ser quinto. Y que para aún no dando para más protagonizando auténticas exhibiciones en Abu Dabi, de esas que levantan el aplauso del respetable. De esas como la que protagonizó en su salida tras la segunda parada, en la que a punto estuvo de tocarse con Vergne y en la que tuvo que usar el exterior de la pista para que no hubiera un grave accidente con el galo.
Pero no quedaba otra. No quedaba otra que arriesgar y que tirar al máximo. No hay título en juego ya, pero hay mucho Mundial y mucha pelea que jugar y que luchar hasta que se cruce la bandera a cuadros en Brasil. Mercedes y Lotus aprietan, y llevándose la vuelta rápida de Abu Dabi 2013, dio una gran noticia a Ferrari de cara al campeonato de constructores.
Abandono de Raikkonen
Una de las buenas noticias para Ferrari. La otra la dio Massa, que también sumo unos buenos puntos para los suyos. Otra fue de Raikkonen, que ni dio una vuelta sobre Yas Marina y dejó a Grosjean solo ante el peligro. Y la otra fue Hamilton, o Sutil más bien, porque el alemán hizo de barrera para un Lewis que terminó desquiciado y viendo desde el séptimo puesto cómo Rosberg se subía al podio.
Ya sólo quedan dos carreras. Dos carreras en las que todo el equipo Ferrari, con Alonso y Massa al frente, deben tirar al máximo para poder poner al coche a un nivel lo suficientemente bueno como para poder ganar la partida a Mercedes y a Lotus en su lucha por el Mundial de constructores. Dos carreras quedan... para que Vettel siga sumando y sumando puntos y victorias en su búsqueda de ser de los más grandes.