Cómo para dormirse al volante. Menuda noche se quedó y se vivió en Singapur, qué gran espectáculo pudo presenciar la media luna que se asomaba al oscuro balcón en el cielo poniendo sus ojos en la pista de Marina Bay. Una pista única, mítica. Un circuito especial en el que Sebastian Vettel reinó por delante de Jenson Button y de un Fernando Alonso que se subió al tercer escalón del podio.
Un podio en el que no hubo accidentes, ni incidentes. Salvo por la camisa de Eddie Jordan. Fue el único lugar en el que todos parecían poder estar ajenos a las incidencias, frecuentes incidencias, que suceden cada vez que la F1 llega a este Gran Premio. Un Gran Premio urbano en la noche, con luz artificial y con unos muros al acecho de cualquier piloto que se atreva a tomar más riesgos de los debidos.
O a cualquier piloto que se despiste, como Karthikeyan. El de HRT estrenó los muros y los 'safety car'. No es rara, ni anormal tampoco, la aparición del coche de seguridad en esta pista, pista donde la probabilidad de que hagan acto de aparición es del cien por cien. Se hizo esperar sí, pero el indio hizo salir al primero de la cueva y luego Schumacher al segundo tras subirse encima de Vergne.
Y pudo haber alguno que otro más, porque Massa intimidó a Senna. Intimidó y tocó al Williams de Senna, pero no fue a mayores. Como tampoco fue a mayores el 'beso' de Kobayashi a Hulkenberg. Y cómo olvidar a Button casi llevándose por delante a Vettel con el primer 'safety'. Con todo, y con el lema de 'no hay dos sin tres' sin hacerse cierto en Singapur, el límite de tiempo y no el número de vueltas fue el que decidió el resultado final.
Alonso, bronce con sabor a oro
Un resultado en el que Alonso acabó tercero tras empezar quinto y sin verse envuelto en ninguna refriega, a pesar de provocar algún ahogado grito en un duelo con Maldonado tras la segunda parada. Pastor resultó un duro rival al que sólo la mecánica dejó fuera de carrera, y es que el Williams corría. Pero el Ferrari también corre y, a diferencia del monoplaza del venezolano, la regularidad es su punto fuerte.
Una regularidad que hace que Fernando siempre esté ahí, pase lo que pase. Suceda lo que suceda. Que se realiza una mala salida, pues se aprovecha la primera curva para recuperar posiciones. Que los superblandos no funcionan, pues se cargan los blandos para volar sobre la pista. Y si se lleva con ellos cuatro vueltas más que tu perseguidor, se controla su degradación para evitar que Di Resta dé el susto al término de la prueba.
Porque la degradación jugaba un papel fundamental, al igual que las estrategias. Unas estrategias que el equipo Ferrari no sólo domina a la perfección sino que también realiza con gran velocidad. Y con ellas, el tercer aspecto a tener en cuenta era el de la resistencia. Resistencia física y resistencia técnica, ya que, como dice la frase, la potencia sin control no sirve de nada.
Hamilton, fuera en la vuelta 23
Y a Hamilton no le vale, no le valió y tampoco le valdrá tener el coche más rápido esta temporada si suma cuatro abandonos en este Mundial, un Mundial en el que tener un cero en un Gran Premio te deja fuera de la pelea. Marina Bay ya es el cuarto circuito en el que el británico se baja del McLaren antes de tiempo, un McLaren que está dejando a Lewis en jaque mate, y a 52 puntos de Alonso, por sus problemas de fiabilidad.
Más cerca está Vettel, el triunfador de la noche. Al menos en pista. Sebastian se merecía una victoria aquí, y se lo merecía por dominar con gran regularidad durante todo el fin de semana en Singapur, fallando sólo en la Q3 del sábado. Pero no falló en carrera, y sumó su estilo de pilotaje a un circuito perfecto para el Red Bull y lograr con todo ello hacer inútil la fina conducción de Button.
Jenson fue la alegría de McLaren, al menos para el Mundial de constructores. Todavía está lejos del campeonato. Raikkonen también está lejos, más que en Monza, de Alonso. Pero Kimi sigue cumpliendo con el Lotus y sigue tercero, ahora tras Vettel, en la pelea por el título. El finlandés salía atrás y terminó en sexta plaza volviendo a dejar detrás a Romain Grosjean. Y detrás del galo, Massa, en una remontada espectacular del brasileño.
De la Rosa termina 17º
De la Rosa puede terminar también feliz esta carrera. Si el brasileño de Ferrari empezó la segunda vuelta en último lugar por un toque nada más salir, el de HRT acabó en la 17ª posición, terminando la prueba y haciéndolo por delante de un Vitaly Petrov en problemas. Y fue una pena, porque Pedro tuvo un bajón en su coche cuando marchaba en una posición que habría sido la mejor con diferencia de todo su Mundial.
Un Mundial que sigue, y que sigue en un Gran Premio de Japón sobre un circuito de Suzuka que le puede ir de perlas al Ferrari gracias a sus curvas rápidas. Ya queda menos para la conclusión del campeonato y Fernando Alonso está en una posición privilegiada para afrontar esta recta final. El asturiano es líder del Mundial con 194 puntos, a 29 de Vettel y a 52 de Hamilton, el rival que más preocupa por su conducción y por su coche.