La Fórmula 1 retorna a Estados Unidos con una propuesta muy complicada para los pilotos: el circuito de Austin, en el corazón de Texas. Aquí, en el lejano Oeste, el último juguete de Hermann Tilke, arquitecto de cámara de Bernie Ecclestone, podría decidir el tricampeonato para Alonso o Vettel. "La primera curva se toma a ciegas, a muchos les pillará por sorpresa", augura el propio Tilke.
Alonso pretende jugarse el Mundial a cara de perro en un domingo de locura en Interlagos
Es la primera bola de partido para Sebastian Vettel, que solo tiene 10 puntos de ventaja sobre Alonso. Ferrari ha logrado la victoria en seis de los últimos diez circuitos nuevos que se han estrenado en el Mundial y a ese clavo se agarran en la 'Scuderia' para seguir recortando puntos a Vettel en las dos últimas pruebas del Campeonato. El objetivo es que Alonso se juegue el Mundial a cara de perro en un domingo de locura en Interlagos.
De momento, los pilotos solo conocen el inédito Austin por los simuladores. El circuito de las Américas, una pista de 5.516 metros, es un órdago al pilotaje. Lo que más impresiona es su primera curva: una horquilla ciega con un desnivel de 41 metros para poner a prueba la valentía de los pilotos, que pasarán por ahí a 300 km/h. "Lo que más me ha llamado la atención son los fuertes desniveles del circuito. Hay más de trece metros entre el punto más alto y el más bajo", dice Sebastian Vettel.
Objetivo: clasificar arriba para evitar problemas
Y es que esta primera curva, que recuerda al 'sacacorchos' de Laguna Seca o a la mítica subida de Eau Rouge en Spa, puede decidir el Mundial más apasionante que se recuerda en los últimos años. Alonso, que suele clasificar mal el sábado con su F2012 para luego protagonizar remontadas desde la salida, deberá clasificar arriba para evitar los riesgos que entrañaría la primera horquilla si sale en mitad del pelotón. El tricampeonato está en juego en un puerto de primera categoría.