FERIA DE SAN ISIDRO I 23 DE MAYO
La falta de casta y de fuerzas hunde en el sopor a Las Ventas
La generalizada falta de casta y de fuerzas de la corrida salmantina de Valdefresno hundió en el sopor la decimotercera corrida de la feria de San Isidro, en la que, aun así, el malagueño Fortes consiguió dejar nuevas muestras de su sincero concepto del toreo.
La tarde comenzó con luto, con un sentido minuto de silencio tras el paseíllo en recuerdo de las víctimas del último atentado yihadista en la ciudad inglesa de Manchester, mientras las banderas de la plaza ondeaban a media asta.
Y del luto a la tristeza, porque la corrida fue cayendo golpe ras golpe en el sopor y en la desesperación por el escasísimo juego de una descastada y floja corrida de los dos hierros de Valdefresno, sin que tampoco los sobreros que la remendaron se salieran del triste guión.
Corrida, pues, sin apenas historia que reseñar, sin alegrías que resaltar, sin emociones que describir, pero, a pesar de todo, con algunos momentos estimables protagonizados por Fortes, el segundo espada del cartel. Y es que el diestro malagueño, aun sin orejas y con menos eco en los tendidos, volvió a confirmar las buenas impresiones que su toreo dejó en la primera de sus actuaciones en la feria, hace justo una semana, cuando la presidencia le negó un trofeo bien ganado.
Esta vez, Fortes volvió a firmar el momento estelar de la corrida cuando, con la montera calada, abrió la faena a su segundo toro citándolo de rodillas y desde los medios con la muleta plegada. Y una vez resuelto el desafío, aun le ligó, sin incorporarse de la arena, otros cuatro soberbios naturales, tan largos como templados.
Lamentablemente, el asiento y la suavidad de trazo con que siguió toreando y apostando los muslos no tuvo respuesta en el toro, que, demasiado soso y desrazado, sin agradecer tan buen trato, deslució una impecable y serena faena del malagueño, que aún se mostró igual de templado con el quinto, sólo que este tuvo aún menos fondo que el anterior.
Daniel Luque se encontró como primer toro con el que estaba destinado para cuarto, ya que se corrió turno después de que el anunciado tuviera que ser devuelto a los corrales por su manifiesta invalidez.
Fue el de Valdefresno un animal noble y afligido con el que Luque tuvo que hacer una faena obligatoriamente breve, mientras que empleó más tiempo en sacar cierto partido de un sobrero de Carriquiri manso declarado en varas y que le ofreció una docena de medianas embestidas antes de desfondarse por completo.
Por su parte, el francés Juan Leal tuvo que tirar de amor propio ante el tercero, que, por rajado, se defendió con ásperos cabezazos ante todos los intentos por hacerle seguir la muleta.
Pero, sin grandes recursos todavía, Leal optó por buscar las cercanías, dándose a un arrimón a la desesperada con el que demostrar sus ganas de triunfo, pero un tanto fuera de lugar cuando el toro, acobardado por completo, se aculó en tablas negado a la pelea.
Intentó buscar también las cercanías con el sexto, pero a esas alturas de la tediosa tarde y con un toro vacío, desde el tendido le apremiaron a que no perdiera el tiempo.
FICHA DEL FESTEJO
Daniel Luque:(silencio);(silencio tras aviso).
Jimenez Fortes:(silencio tras aviso); (silencio).
Juan Leal:(división de opiniones al saludar, tras aviso);(silencio)