CORRIDAS GENERALES DE BILBAO 2013 | 21 DE AGOSTO
Grave cogida de Jiménez Fortes en tarde para aficionados y terna inmensa
El torero sufrió una fuerte cornada de dos trayectorias en el muslo izquierdo. Enrique Ponce, en dimensión de figura y sin suerte a espadas. Miguel Angel Perera, poderosísimo con los tres toros que tuvo que matar y con crédito renovado, una vez más.
El serio percance sufrido por Saul Jiménez Fortes en su primer y único toro –tercero de la tarde- marcó una corrida tremendamente interesante. Interesante por la importancia de los toros, que tuvieron mucho que torear y, también, porque delante tuvieron una terna poderosa.
Abría cartel, naturalmente, Enrique Ponce, que en Bilbao tiene mando en plaza. Lo tiene porque en Vistalegre siempre da la cara y una dimensión muy alta de su tauromaquia. Con el primero de Alcurrucén anduvo el valenciano brillante, poderoso, y valiente también, pisando terrenos comprometidos como no se le veía hacía tiempo. Impuso como es costumbre en Ponce la hoja de ruta. Un punto tendida la espada y el desacierto con el verduguillo dejaron sin premio la obra.
Tomó el testigo Miguel Angel Perera, que derrochó valor a espuertas ante el serísimo segundo de Alcurrucén que no se entregó hasta el final, al que toreó largo y por abajo en una faena de fuste que no quiso premiar un presidente protagonista. El público sí puso en valor lo mostrado en el ruedo por el matador extremeño.
Jiménez Fortes venía a Bilbao, una de las plazas donde se ha hecho un nombre gracias a su valor seco, y recién salido de un fuerte percance. El tercero de la tarde no dio facilidades, sacó geniecillo y al final se rajó. Fue entonces, tras perder la cara al toro a la salida de un muletazo cuando aquél hizo por el malagueño, prendiéndolo feamente sin soltar durante unos eternos y angustiosos instantes.
Se corrió turno y, tras matar Ponce al toro del percance, Miguel Angel Perera volvió al ruedo para matar al cuarto toro. Faenón de valor sin cuento, embraguetado el extremeño en imposibles cercanías y exponiendo una enormidad. Tampoco remató a espadas pero Bilbao premió el esfuerzo.
Salió a por todas Ponce también en el quinto y, tras inventarse una faena imposible, haciendo el toro el torero, la espada volvió a emborronar una importantísima labor, por técnica, torería, y valor.
Cerró la tarde Perera, que volvió a fajarse con un toro de más a menos y del que tuvo que tirar siempre. Toreo caro y caro valor de un torero que no baja el listón un ápice esta temporada.
Ficha del festejo
Toros de Alcurrucén, de desiguales hechuras, volumen y carnes, aunque todos de mucha seriedad, especialmente por sus muy armadas y astifinas cabezas. En conjunto, corrida reservona y de escasa entrega, de tapado genio y complicaciones.
Enrique Ponce: estocada caída y tendida, y cuatro descabellos (ovación tras aviso); y media ladeada y siete descabellos (gran ovación tras aviso). Miguel Ángel Perera: estocada trasera y desprendida (ovación tras leve petición); estocada delantera y desprendida (ovación); y pinchazo y estocada (gran ovación).
Saúl Jiménez Fortes: herido por su primero, al que mató Ponce de pinchazo y estocada (ovación que saludó la cuadrilla).
Entre las cuadrillas destacó Joselito Gutiérrez, que se la jugó en un gran par de banderillas al cuarto. La plaza tuvo media entrada.
Parte médico
Fortes fue intervenido en la enfermería de una cornada, con pronóstico reservado, en la cara interna del tercio superior del muslo izquierdo, con dos trayectorias que desgarran el músculo recto interno: una penetró en profundidad de 12 centímetros, disecando la cara posterior del fémur; la otra, de trayectoria superficial y subcutánea, ascendió hasta la región del pliegue inguino-escrotal. Ninguna afectó estructuras vasculares o nerviosas de entidad.