FERIA DE BILBAO | 25 DE AGOSTO

Dispares resultados de la terna con una brava corrida de Jandilla

La terna que actuó hoy en Bilbao, en una mezcla de veteranía y juventud, obtuvo resultados dispares -con orejas para El Cid y José Garrido- ante una muy brava corrida del hierro de Jandilla que fue la verdadera protagonista de la tarde, y en especial un cuarto toro de calidad suprema.

Cuando al ruedo salen toros tan bravos y con tanta calidad como varios de los que soltó hoy en Bilbao el hierro de Jandilla, el simple oficio de los toreros no es suficiente para estar a su nivel.

Si la verdadera bravura es la entrega sin límites del toro de principio a fin de su lidia, quienes se enfrentan a ellos debe tener una idéntica actitud, darse con pasión en cada pase y en cada instante de la faena, para honrar ese milagro genético que es siempre la casta más depurada de un animal único.

Pasión, ese ofrecerse con pureza y total entrega al rito del toreo, fue exactamente lo que le faltó a las dos pulcras y limpias faenas de Juan José Padilla con los dos toros de su lote, que le pusieron en bandeja, a poco que se hubiera 'roto' con ellos, un triunfo histórico, de cuatro alcanzables orejas, en la exigente plaza de Bilbao.

Sin embargo, el torero de Jerez obtuvo la pírrica victoria de una solitaria vuelta al ruedo en el cuarto, justo instantes después de que las mulillas se la dieran también en el arrastre al bravo 'Ferretero', un toro de calidad suprema a cuya altura nunca llegó a estar su matador.

Si ya había toreado con simple corrección, pero apostando poco, al noble y templado primero de la tarde, no le bastó a Padilla con ponerle un poco más de fibra a las rítimicas, profundas y entregadas arrancadas de ese 'Ferretero' que enamoró a la afición bilbaína.

Pedía el ya memorable toro de Jandilla una respuesta recíproca que Padilla no le dio en una faena muy aséptica y de largo metraje, que tuvo algún añadido populista y un final inmerecido con un indigno metisaca en los bajos del gran toro de la divisa extremeña.

Bravo y dulce también, aunque de menor emoción y recorrido, fue el quinto, que descolgó hacia el suelo su largo cuello ya de salida y con el que asímismo El Cid estuvo pulcro y acompasado.

Ni se apasionó toreando el sevillano ni apasionó realmente a un público que acabó concediéndole una oreja más por la cantidad que por la calidad de los muletazos de un largo trasteo.

El Cid no había podido antes sacar mucho de un segundo que se desfondó enseguida y que fue, junto al sexto, más bravucón que bravo, la excepción negativa de la gran corrida de Jandilla.

Con ese último de la suelta tampoco pudo redondear el joven José Garrido, que fue recibido por la plaza con una gran ovación en recuerdo de su sonado triunfo como novillero en este mismo ruedo la pasada temporada.

E igual que hizo entonces, el diestro extremeño fue quien, con capote y muleta, puso sobre el tapete la frescura, la determinación y la entrega que les faltó a sus veteranos compañeros, por mucho que le costara imponerse en el emotivo pulso que le echó a su fiero primer toro.

Aguantó Garrido con firmeza y sin volver nunca la cara las ásperas y amenazanres embestidas del animal, pasándose siempre los pitones muy cerca de los muslos, para obtener como premio la oreja mejor ganada de una corrida de Jandilla que marcó con nitidez la necesidad de un relevo generacional en el actual escalafón de matadores.

Ficha del festejo
Seis toros de Jandilla, disparejos de hechuras, cabezas y volúmenes. A excepción del desfondado segundo y del bravucón sexto, el resto resultaron bravos y encastados, con un cuarto sobresaliente, 'Ferretero' de nombre, premiado con la vuelta al ruedo en el arrastre por su entrega y gran clase.

Juan José Padilla: estocada y dos descabellos (ovación); metisaca en los bajos y estocada trasera caída (vuelta al ruedo tras aviso y leve petición de oreja).
El Cid: estocada desprendida (silencio); estocada contraria (oreja).
José Garrido: estocada delantera (oreja); estocada desprendida (ovación).

Entre las cuadrillas destacaron Aitor Sánchez y El Fini, respectivamente, picando y lidiando al sexto. Cuarto festejo de abono de las Corridas Generales.

Algo menos de media entrada en tarde de sol y calor.

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