SOS 4.8
Comienza el SOS 4.8 con The Prodigy, The Kooks y The Strypes al rojo vivo
Unas 35.000 personas han abarrotado la primera jornada de la mejor edición de la historia del festival SOS 4.8 en Murcia. La máxima concentración de público se produjo durante la actuación de The Prodigy.
Unas 35.000 personas han abarrotado la primera jornada de la mejor edición de la historia del festival SOS 4.8 en Murcia, con The Prodigy, The Kooks, Rinocerose y grupos españoles como Izal, La Habitación Roja o Varry Brava encabezando el cartel. Los organizadores, exultantes, casi logran los 37.000 asistentes, aunque la falta de espacio y de personal haya provocado los ya habituales tapones y colas.
La máxima concentración de público se produjo durante la actuación de The Prodigy. Cuando al principio de su show sonó "Firestarter", el público abandonaba los otros escenarios para acercarse al principal. Fiesta, beber, rave; sudar, rave; respirar, beber, sudar, beber; rave, rave, rave? Ese es el orden habitual en un concierto de Prodigy. Anoche no fue una excepción. The Prodigy, otrora reyes del stadium-rave, son ravers con actitud. Su capacidad de convocatoria parece que se mantiene como para poner de acuerdo a un espectro de seguidores increíblemente variopinto. Todo un prodigio. Tonos oscuros y electrónicos, breakbeats de esencia ácida, guitarrazos casi heavies, sonido inquietantemente amenazador, reinventándose en su búsqueda del concepto dance agresivo, bajos trotones, latigazos de guitarra, preparando la explosión vocal salpicada de fuckings como escupitajos.
La banda sonora del infierno. Liam Howlett, Keith Flint y Maxim, tres marcianos que escandalizaron medio planeta con su puesta en escena, mezcla de Sex Pistols, Rammstein y Marilyn Manson, hicieron lo mínimo para llevarse los tres puntos. Esto es, desgranar uno a uno sus grandes éxitos del pasado, memoria viva de la revolución electrónica. Las miles de almas que poblaban la explanada de asfalto enloquecían conforme iban reconociendo temas como "Firestarter", 'Smack My Bitch Up', "Omen"? Y se sumaban al baile epiléptico. Quizá, el concierto fue más de lo mismo, y sus composiciones suenen parecidas, pero The Prodigy volvieron a demostrar que su fórmula funciona y ofrece diversión garantizada, aunque suenen viejunos y se nieguen a que su imagen se vea por las pantallas.
El público enloqueció con las luces y los flashes que lo inundan todo. Adrenalina por todo lo alto. Aunque son cuatro mocosos irlandeses, The Strypes, destrozando canciones de Chuck Berry y Bo Diddley, prendieron fuego a la noche, tras las actuaciones de La Habitación Roja e Izal, dos puntales del indie mainstream patrio, que reunieron a un buen número de seguidores. En 1964, los Who acuñaron el término "maximum r&b", sintetizando la fuerza, el blues y el éxtasis en su arte pop.
Medio siglo más tarde, The Strypes, cuarteto de miradas duras, energía eterna y tiernos años - la media de edad ronda los 18 - despellejarían vivo a cualquiera que mencione las palabras "boy band" cerca de ellos. Llevan trajes ajustados, corbatas y flequillos. El vocalista, aferrado a una armónica, sopla una tormenta feroz de r&b. Quizás no se diferencian mucho de unos jovenzuelos Rolling Stones tocando en el Marquee allá por 1962. Algunas versiones de los Strypes - entre ellas "I Can Tell" de Bo Didley y "I'm a Hog for You Baby" de Leiber y Stoller- recibieron un electroshock similar por parte de Dr Feelgood en los 70. El desquiciado guitarrista Josh McClorey incluso puede recordar a Wilko Johnson. A veces se queda mirando al público fijamente como en estado de shock y mascando chicle. Sus canciones originales se defienden. "Blue Collar Jane" y "I'm No Good" son explosiones brutales de tres minutos sobre preocupaciones adolescentes, facturadas con virulenta maestría.
Tocan como si estuvieran domando animales salvajes. Se despeinan, gritan como dementes. No hay nada nuevo en este furor. Eso no es problema, ni sorpresa. El pop británico a menudo regresa a esta especie de power-blues purista, como un ritual purificador. Cuando casi al final tocaron "Heart of city" de Nick Lowe demostraron que no se achican ante nada. Dada la juvenil apariencia de los miembros de The Kooks, cuesta creer que ya llevan 10 años en la brecha. El cuarteto de Brighton es una de esas bandas indies frescas e insolentes que rescatan ese concepto de la música británica, que va desde los Kinks a Supergrass pasando por los Jam y Blur. Luke Pritchard salió contoneándose, y cantó a todo pulmón algunas de sus mejores canciones ("Ooh-La", "She Moves in Her Own Way"), saltando adelante y atrás entre nuevas y viejas. "Down", primer single de su nuevo álbum, es divertido pop bailable, y "Around Town", quizás la mejor canción nueva de la noche, aunque "Naïve", la más popular, fue la más aclamada. Pritchard cumple muy bien su tarea de frontman, pero, entre que la banda ha experimentado un torbellino de cambios - hay dos nuevos miembros - , y el giro radical y explosivo hacia el R&B y el funk, no terminaron de cuajar su faena.
Fenómeno fan El escenario Estrella de Levante acogió también las actuaciones de La Habitación Roja e Izal. Si hay un grupo de pop que en el ultimo año haya crecido a pasos agigantados, esos son Izal. En sus conciertos incluyen temas pop, que van desde la acústica más calmada, hasta los bailes más eléctricos. Las canciones juegan con la intensidad, los cambios de ritmo y una alta instrumentación. Es "el grupo del que todos hablan".
El escenario Jagermeister brilló con las actuaciones de Belako - indie rock con actitud a lo Sonic Youth -, el folkrock de los británicos Dry the River o los sintéticos nuevaoleros Varry Brava. También con el trío catalán Za!, con una colorida y salvaje jam session de rock y experimentación, el noise rock de los argentinos Él mató a un policía motorizado - estos chicos de La Plata miran al rock de los 90. Punk espacial o kraut campestre, lo llaman ellos - , y sobre todo Rinocerose, con esa mezcla de rock, electrónica, pop y dance que ha estado presente a lo largo de toda su carrera. Sus conciertos son siempre una fiesta y aquí estuvieron un poco más rockeros que de costumbre, pero con el mismo objetivo de siempre: hacer bailar.
El escenario alternativo Food Events presentó propuestas de grupos emergentes. A destacar el postpunk de Trajano!. El cierre lo pusieron los terroristas italianos del sonido The Bloody Beetroots, y los británicos Is Tropical. Este año, el fenómeno fan es el eje central de las mesas redondas, conferencias y una exposición, 'Fan Riot', que saldrá de Murcia: en invierno se exhibirá en la Tabacalera de Madrid. La conferencia de Henry Jenkins ha sido aplazada para hoy sábado. El escritor, crítico y activista musical Greil Marcus, autor de "Rastros de carmín" o "Mystery Train", protagonizará el apartado de "Voces". La séptima edición del SOS 4.8 echó a andar, y la segunda jornada promete grandes emociones y espectáculos.