SONAR NOCHE | JORNADA DEL SABADO
El hip-hop eterno de Jurassic 5 y unos estelares Pet Shop Boys en la gran noche del Sónar
Tras seis años alejados de los escenarios, los californianos Jurassic 5 regresaron a todo gas y, con su hip-hop eterno, deslumbraron al público del Sónar. En la tercera noche del evento de música avanzada de Barcelona, se pudo degustar también la segunda actuación de los estelares Pet Shop Boys.
Pet Shop Boys con los nuevos temas de su trabajo 'Electric', volvieron a conquistar el corazón y las caderas de sus devotos seguidores. Las amplias salas del polígono Gran Vías 2 de la Fira de Barcelona vivieron este sábado sus horas más camaleónicas
Mientras el espacio SónarPub se llenaba de gorras y pantalones anchos para vibrar con Jurassic 5, el SónarClub se inundaba de un público más clásico que enloqueció con la propuesta eterna de los británicos Neil Tenant y Chris Lowe, más popularmente conocidos como Pet Shop Boys.
Por si esta riqueza estilística no fuera suficiente, la electrónica francesa de la mano de los deejays Busy P, Justice y Laurent Garnier, así como el espectáculo 'techno' del alemán de Paul Kalkebrener completaron la fiebre del sábado noche. Cuando los componentes de Jurassic 5 salieron al escenario, el joven público que llenaba el SonarPub se preguntó, desde el primer compás, cómo podían haber estado tantos años en silencio.
El sexteto estadounidense -integrado por las voces rítmicas de Chali 2Na, Zaakir, Mark 7even y Akil, todos ellos acompañados por las mezclas esenciales de los deejays Nu-Mark y Cut Chemist- demostraron estar en un estado de forma envidiable y recuperaron del baúl de los recuerdos los éxitos con los que gobernaron el panorama 'hip-hopero' durante las dos últimas décadas. El concierto fue corto -apenas duró una hora- pero no por ello menos intenso. Sus 'beats' impregnados del 'soul' y el 'funk' más clásico se dejó notar con "Coonchrete Schoolyard" e "In The Flesh", dos de sus temas más coreados por un público entregado a un 'hip-hop' que se aleja de los circuitos más comerciales. Uno de los momentos estelares del concierto se produjo cuando Nu-Mark y Cut Chemist bajaron de la palestra donde crean sus 'beats' para batirse en un duelo de ritmos frenéticos a través de unos sintetizadores portátiles que dejaron maravillados a los herejes del 'hip-hop'.
Mientras Jurassic 5 deshojaba la margarita de su esencia, el SonarClub se inundaba de los siempre escandalosos seguidores de Pet Shop Boys que, después del selecto concierto que realizaron el pasado jueves en la fábrica de la cervecera Damm para 10.000 personas, volvieron a desgranar sus hits de sabor ochentero haciendo un avance inédito de su próximo álbum 'Electric'. Engalanados con un estrafalario vestido negro y un sombrero en forma de cono del mismo color, los británicos aparecieron acompañados por su habitual juego de luces y producción audiovisual que tanto gusta a sus seguidores.
Durante cerca de dos horas Tenant y Lowe sirvieron a su público un menú que gusta a todos los paladares: altas dosis de baile y excentricidad a granel a base de recuperar los éxitos de siempre como 'Always on my mind' o su ópera prima 'West end girls'.
El Sónar vivirá mañana su jornada más sosegada con las únicas sesiones de Max Richter y Lorenzo Senni que cerrarán la vigésima edición de un festival que ha batido su propio récord histórico de asistencia al reunir 121.000 personas procedentes de 102 países durante los tres días de conciertos en Barcelona. Según cifras facilitadas por la organización, este año 2013 los escenarios de Montjuïc y de Gran Vía 2 ha conseguido aglutinar un 24% más de espectadores que el pasado año, cuando se llegó al entonces máximo histórico de 98.000 espectadores.
En esta ocasión, el festival ha atraído 41.600 personas al Sónar de día, que se ha celebrado por vez primera en las espaciosas instalaciones de la Fira de Montjuïc de Barcelona, y 80.000 al Sónar de noche, que tiene lugar en la Fira Gran Vía 2. La nueva ubicación de la jornada diurna del festival -antaño se realizaba en el Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona (CCCB), en el centro de la capital catalana- ha propiciado el éxito de un festival que, pese a sus veinte años de edad, sigue reinventándose.