37.000 PERSONAS DISFRUTAN DE SU PUNK-ROCK
Green Day lleva la locura al BBK Live en la última jornada del festival
Green Day ha cerrado el festival BBK Live con un concierto que ha llevado la locura a las campas de Kobetamendi, que en esta jornada ha reunido a más de 37.000 personas, y en el que los norteamericanos han hecho disfrutar al público de un rock contundente durante más de dos horas.
La banda californiana, liderada por su cantante y guitarrista Billie Joe Amstrong, ha ofrecido esta noche un espectáculo intenso en el que se han sufrido descargas de punk-rock, acompañadas por el rock melódico y comercial presente en algunos de sus temas.
Y también abundante locura, la provocada por el cantante, un auténtico showman capaz de rociar con agua al público o mandar apagar las luces para iluminar a la multitud con un foco y que no ha parado de ir de un lado al otro del escenario animando a los asistentes a cantar, a saltar, a gritar, a volverse loco con él. No ha dudado tampoco en subir, en dos ocasiones, a voluntarios del público a cantar, la primera durante el tema 'Know your enemy', a los que invitaba después a abandonar el escenario lanzándose a la multitud.
Ninguno de ellos se negó. Toda esta locura ha estado acompañada de la música de la banda californiana que llegaba a Bilbao con la trilogía '¡Uno!', '¡Dos!' y '¡Tré!', de la que interpretó algunos temas que acompañaron a sus canciones clásicas, muy coreadas y en ocasiones cantadas en solitario por el público. Los de California no esperaron para calentar el ambiente y revolucionaron el patio nada más salir al escenario con '99 Revolution' a la que siguió, sin dejar tiempo para respirar al público y con un ritmo frenético, 'Know your enemy' y 'Stay the night'.
Después de un arranque tan contundente, lo normal hubiera sido tomarse un descanso, pero no hubo tregua y Billie Joe Amstrong y los suyos siguieron apabullando al respetable con temas como 'Stop when the red lights flash', 'Oh love' o 'Let yourself go'. Con 'Boulevard of broken dreams' y más tarde 'Wake me up when september ends', hubo unos momentos de respiro y de comunión entre la banda y el público, que cantaba las estrofas al unísono, incluso en algunos momentos sin el acompañamiento del líder del grupo.
Siguió el concierto pleno de intensidad con temas como 'Burnout', 'Chump', entre otros, un pedazo del 'Highway to hell' de los AC/DC, otro espectador invitado a subir a cantar con la banda -con beso con el cantante incluido-, para concluir con 'Basket case', desatando más si cabe la locura. Tras "She" y "King for a day", en la que el trío principal y los músicos acompañantes aparecieron ataviados con sombreros y gafas estrafalarias, llegó el popurrí de versiones de temas tan variopintos como 'Shout', 'Satisfaction' o el 'Always look on the bright side of life', de otros locos, los Monty Python.
Minority concluyó con la banda abandonando el escenario al que regresó para los esperados bises que llevaron al público casi a un estado de paroxismo gracias a 'American Idiot', 'Jesus of Suburbia' y 'Brutal Love', con la multitud cantando y saltando. Parecía que todo había acabado, pero Billie Joe Amstrong volvió a aparecer en el escenario y con una guitarra acústica interpretó 'Good Riddance (Time of Your Life)" ofreciendo el momento más calmado del paso de los Green Day por Bilbao.
El BBK Live ha cerrado su octava edición después de tres días de música con cerca de 60 conciertos repartidos en los cuatro escenarios instalados en el monte Kobetamendi y con cabezas de cartel que han ofrecido sus únicos conciertos en España este año. Los británicos Depeche Mode fueron las estrellas de la jornada del jueves, que reunió a 34.922 personas, mientras que el viernes de tormenta, con el clan de los Followill, los norteamericanos Kings of Leon, se congregaron 32.344.
En la tercera y última jornada del festival han subido hasta Kobetamendi 37.139 personas que han podido disfrutar, entre otros, del rock de los suecos The Hives y los indies norteamericanos Vampire Weekend, que precedieron en el escenario principal a Green Day. El festival ha logrado una asistencia global que roza las 105.000 personas, muy cerca del récord del festival obtenido el año pasado con casi 110.000.