EN UN PEQUEÑO PUEBLO DE ESLOVAQUIA
Una monja clava una aguja en la mano de un niño para que sintiera el dolor de Jesucristo
La hermana Ludovita, de 30 años, estaba dando clase de religión en el colegio de la ciudad de Kisucke en el norte de Eslovaquia cuando llamó a un niño al frente de la clase. Después sacó una aguja de su bolso, se la clavó en el antebrazo y le dijo que así fue como sufrió Jesucristo.
Una monja fue demasiado lejos durante una clase de religión en el colegio de la ciudad de Kisucke en Novo Mesto, Eslovaquia. La hermana Ludovita, de 30 años, quiso enseñar a sus alumnos como sufrió Jesucristo y para ello clavó una aguja en el antebrazo de uno de los alumnos. Además le dijo que si se portaba mal sufriría el mismo destino.
La madre de Adam, Helena, dijo: "Cuando Adam llegó a casa tenía una herida en su antebrazo y cuando le pregunté que había pasado me dijo que se lo había hecho la monja".
Un portavoz del colegió aseguró que no aprueban para nada "este tipo de métodos de enseñanza". La monja niega haber pinchado al alumno y asegura que había "invitado a los alumnos a que experimentaran de forma voluntaria un dolor moderado para que pudieran empatizar con el tema que estaba explicando".
La monja Ludovita ha sido expulsada del colegio y el parroco local ha asegurado que tomará cartas en el asunto.