El tigre sobre su dueño | Matt Tabaccos, Barcroft Media
Abdullah Sholeh se da un beso con el tigre | Matt Tabaccos, Barcroft Media
Sholeh juega con los colmillos del felino | Matt Tabaccos, Barcroft Media
Abdullah Sholeh juega con Mulán, su tigre | Matt Tabaccos, Barcroft Media
Tigre y dueño juegan durante todo el día | Matt Tabaccos, Barcroft Media
Abdullah muestra las magulladuras en su ojo izquierdo | Matt Tabacos, Barcroft Media

Estamos acostumbrados a tener animales de compañía como perros, gatos, pájaros, peces de colores y alguna tortuga metida en su caparazón encontramos en casa de familiares de amigos.

Los más valientes, pueden llegar a tener una serpiente, y cuando eso sucede, se lo contamos al resto de nuestros amigos. "¡Conozco a uno que tiene una serpiente de casi un metro!", exclamamos con emoción y algo sabiidillos porque somos nosotros quienes conocemos a 'ese'.

Pues bien, en Indonesia, Abdullah Sholeh va más allá de serpientes, erizos o pirañas. Su mejor mejor, su mascota, es Mulan, un tigre que pesa alrededor de 170 kilos.

El felino, de apenas cuatro años, disfruta 'jugando' con su dueño, aunque sin ser consciente de la fuerza que tiene, Abdullah ha sido alguna vez herido, aunque nunca nada grave.

Duermen, juegan y pelean juntos desde que Abdullah ayudara a Mulán a criar a su cachorro de tan solo tres meses.

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