YO TAMBIÉN SOY IMBATIBLE
Beatriz lucha contra la "discapacidad invisible"
Además de enfrentarse cada día a su discapacidad, esta imbatible lucha con un estigma social: la incomprensión. ¡Descubre su lucha contra la "discapacidad invisible"!
No es fácil tener una discapacidad. Tampoco es fácil tener una discapacidad invisible. Las personas como yo, de complexión fuerte, con buen aspecto, con buen ánimo, de las cuales nadie diría que tenemos ningún tipo de problema de salud, no solo cargamos con la cruz de nuestra lesión o enfermedad, visitas médicas, hospitalizaciones, operaciones, meses en cama, tratamientos… sino también con otro tipo de estigma social: la incomprensión.
Desde los 15 años llevo luchando con problemas en la columna, en las articulaciones, en los tendones, que me produce dolor 24h al día los 365 días al año. Desde entonces, he tenido que vivir la incredulidad y la incomprensión de las personas que me han rodeado tanto en puestos de trabajo, como en mi época de estudiante, como en momentos de ocio.
"Lo que no se ve no existe": la discapacidad auditiva, algunas lesiones cerebrales y trastornos de salud mental, el autismo, la fibrosis quística, el dolor crónico, la fibromialgia, el lupus, esclerosis múltiple… son ejemplos de discapacidades que la sociedad NO VE de un primer golpe, pero SÍ EXISTEN.
Cada día nos enfrentamos a prejuicios
Puede resultar chocante y extraño lo que estoy contando y lo que voy a contar, ya que estamos acostumbrados a que la persona con discapacidad está en una silla de ruedas, tenga prótesis, lleva un bastón… Pero no siempre es así. Las personas con una discapacidad invisible cada día nos enfrentamos a los prejuicios, la incredulidad y a tener que justificarnos continuamente con quien está fuera de nuestro entorno y no conoce nuestra situación.
Por eso, me considero una persona imbatible, porque a pesar de las dificultades ya explicadas, aquí sigo, en una gran empresa realizando con pasión mi trabajo, levantándome cada día diciéndome a mi misma que puedo y debo seguir adelante, que la medicación y el dolor no me van a parar.
Soy una persona imbatible porque me cuido a la vez que cuido, ayudo y quiero a los que me rodean, amigos, familia y compañeros, siempre con una sonrisa a pesar de mis limitaciones.
Soy una persona imbatible porque no me dejo llevar por el desánimo que produce el dolor, y aunque a veces mental y físicamente me “caigo” vuelvo a “levantarme” una y otra vez.
Soy una persona imbatible porque intento superarme paso a paso. Gracias a los que cada día están ahí para tenderme una mano cuando lo necesito. Por todo eso, y muchas otras cosas más, soy una imbatible que lucha con su discapacidad invisible.